viernes, 13 de enero de 2012

Pablo aum!

Lei mucho mucho muchísimo durante la espera de Pablo, entre otros el "Mi niño no me come" de Carlos González.Y mientras leía este libro sin dejar de dar cabezazos de asentimiento, pensaba (y suspiraba) "ay qué faltita me habrías hecho hace treinta y pico años" Porque yo de pequeña no comía. No comía nada de nada. Probablemente llegué a la adolescencia a base de fotosíntesis y respaldada por los mil y uno complejos vitamínicos que mi médico de cabecera, en las muchas y penosas visitas, me 'recetaba' ante la incansable cantaleta de mi madre... es que está tan delgadita... es que no come nada... es que nunca tiene hambre. Recuerdo algun 'bueno pero a la niña no le pasa nada, está muy sana, ella es así" pero las mas de las veces no habría tiempo o ganas de mas explicaciones y la cosa terminaba en el recetazo de Mosegor, de hierro de calcio o de lo que fuera, a ver si con eso comía mucho y me ponía mas redondita, mas mona, y con suerte hasta se me rizaba el pelo y me volvía simpática.
En fin, que traumas de estar por casa aparte, como decía lei mucho mientras esperaba a Pablo (durante y tambien antes del embarazo) y también lei mucho sobre lactancia. Las virtudes de la lactancia materna exclusiva y a demanda me cautivaron, también es cierto que conmigo lo tenían facil. Me gustó mucho saber que los bebés alimentados a la teta a demanda aprender a regular de maravilla el centro del hambre, que, como no, está en el cerebro, por lo que de mayores, son poco proclives a la obesidad: saben comer lo que necesitan, ni mas ni menos. No me imagino nada mejor despues de mi cesarea perfectamente helada, que continuar alimentando a mi peque de mi misma otros tantos meses... además, cómodo de narices. A los cinco meses y medio llegó un platano aplastado a la boca de Pablo, y desde entonces comida y teta are living in perfect harmony
Durante la espera de Pablo, y sus primeros meses, y aun hoy, su infancia me hace recordar y remover la mía propia, y como he explicado, el tema comida fue uno de los mas importantes. Asi que yo me puse en ese típico papel de "no quiero que m hijo pase por lo mismo que pasé yo" Y en este caso a veces es dificil, porque lo que sale sin pensar es hacer lo mismo que hicieron con uno mismo, que aunque no se recuerde conscientemente, está ahí y tiene mucha pero que mucha fuerza. A veces es dificil, pero casi siempre lo consigo. Nunca he dicho aquello tan espantoso de "es malcomedor" no le obligo a comer mas allá del hambre que él tenga, porque el si sabe cuánta hambre tiene. Las cuatro cosas que no le gustan, no las come. Sobre todo, quiero que coma con gusto y alegría, porque así es como quiero que viva, y el comer es solo un reflejo de lo demas.
Es muy dificil valorar cuánto come un peque. Enseguida aparece la palabra "todo" pero ¿cuánto es todo? Seguro que hay niños que comen, objetivamente, menos cantidad de la que come Pablo pero como les meten pedazo de plato, se les califica de "le cuesta" o mejor aun desde el papel de madre sacrificio "como me cuesta que coma" A mi no me cuesta nada que Pablo coma, el abre la boca y mastica solito, no le tengo que mover la mandíbula ni nada
Ahora, no se sabe porqué, Pablo lleva una semana comiendo como si mañana empezara una guerra... se mete las patatas fritas de dos en dos en la boca, se termina los yogurs enteros y chupetea el vasito, pide mas galletas, mas salchichas, mas macarrones... para mi es un cambio verlo comer tanta cantidad, y la verdad es que caigo rápido en decir 'qué bien'... pero entonces hasta ahora ¿ha comido mal? No. Y si vuelve a comer "menos" pues me parecerá igual de bien...

4 comentarios:

  1. Pues tanta vitamina y tanto hierro al final sí parece que te "volvieron" simpática.... :-)))

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  2. Pues me parece genial. Yo tb fui "mal comedora" y tb dije que en casa no iba a ser un infierno la hora de la comida. A dia de hoy estoy encanta y la peque, unos dias come mas otros come menos... Un besito

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  3. Yo también me leí el libro, y pensé "ya se lo podían haber regalado a mi madre". Pero la verdad, yo aparte de delgada era diminuta, y ahora sé que probablemente celíaca...
    Con la niña nosotros intentamos no forzarla, ni engatusarla. Algo sí que la "animamos", es verdad. Pero ha salido a mí, y come poquísimo. Sí, yo también creo que es fotosíntesis, porque no me explico cómo puede cenar tres macarrones y quedarse tan ancha.
    Y eso, a ella no la obligamos, pero preocuparnos... ley de vida, nos preocupamos.

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  4. Xiao... gracias... aunque yo solo soy simpatica cuando quiero, si no, no me sale jaja

    María eso mismo es lo que yo no quiero "que la hora de comer sea un inferno" dicho tal cual

    Teresa... es cierto, somos humanos, y tampoco CG es la biblia, yo a veces si que le animo al "poquito mas" o a lo mejor le doy mientras ve los dibujos... pero poco mas, a la segunda negativa como maximo, se acabó. Yo creo que la peque te lo agradecerá cuando sea mayor

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