sabadete

El sábado sabadete Pablo fue a la playa por primera vez. No tuvo una reacción 'maravillosa' de anuncio, así a primera vista, mas bien fue poquito a poco, como explorando e investigando. Cuando llegamos, miraba el mar así como, ceñudete, como diciendo ¿todo eso será agua? ¡Qué cosa mas rara! Mientras le quitábamos la ranita y lo untábamos con la infumable crema del 50 + (vale, ya se que hay que echársela antes de salir de casa, pero se nos olvidó) lo miraba todo con bastante curiosidad. A pesar de que en la piscina es una pescadilla total (ya babearé otro dia con las cosas que hace) en la playa no lo metimos por dos razones, una, que al llevarlo a la orilla no le gustó nada el ruido de las olas del mar, y dos, porque los primeros metros estaban llenísimos de unas algas asquerosetas...

A partir de ahi, bastante bien, una vez confirmó que el ruido de las olas entraba en la categoría 'no preocupante' se dedicó a: comerse un platanito a bocaos encima de la toalla, tumbarse fuera de la toalla y llenarse media cara de arena, chupetear y morder una piedra de la orilla, aguantar e incluso disfrutar las trescietnas mil fotos que le hicimos, ir a la ducha, ducharse, volver, secarse, seguir jugando, salirse de la toalla, conocer la arena, tocarla, rascarse la chufa sin arena, rascarse la chufa con arena, en resumen, se lo pasó muy, muy bien. Pensándolo, me encanta cómo afrontó la situación. Igual es una chorrada, pero para mi, se enfrentó a algo nuevo de una manera envidiable. Perdón por las babas.

Como no me gusta dejar fotos de Pablo aqui, voy a poner al menos un par que le hice que no se le ve, espero que os gusten: