Ay lo que me ha pasao!
En mi época a.d. P. , siempre que iba por un mercadillo y veía un puesto de ropa de niños / bebés miraba para otro lado, sobre todo en la ya oficial temporada de búsqueda-de, porque lo pasaba malamente, unas veces mas y otras menos, así que procuraba no mirar, mirar para otro sitio y no fijarme en la ropa tan mona, porque como bien dice siempre Amparín: sufrir pa ná, es tontería.
Pues hoy yendo por el mercadillo me ha pasado lo mismo que entonces (tanto neocórtex, tanto neocórtex y al final el cerebro a veces es mas tonto que una mata de habas) menos mal que de una colleja a lo Sole, Amparín me ha sacado del momento, y me he dicho a mi misma: Oi oi oi !
Y claro, me he puesto a mirar, remirar y requetemirar la ropa, complementos y hasta las diademitas de niña (que por cierto son espantosas, esas cintillas con florecitas) y entre eso y el desayuno pro-colesterol que me he vuelto a arrear hoy, se me han quedado los chakras de lo mas abierto.
Madre superiora, bióloga, gatoflauta aspirante a vegetariana. Si quieres halagarme, llámame loca.Yo también prefiero una mariposa al Rockefeller Center. Mi hijo me ha dado la vuelta como un calcetín, y a la vez soy mas yo que nunca. Una vez me teñí el pelo: nunca volverá a suceder. No puedo ser princesa porque nací guerrera. Odio las bodas, ir de tiendas, las peluquerías y las flores muertas. Leer me salva. Cocino con el corazón, de otra forma no me sale. Sólo veo lo que creo.
ja, ja. Yo nunca he podido evitar mirar las cositas de bebé, especialmente las de niñas. Y ahora me quedo obnubilada!
ResponderEliminarA mi tambien me cuesta apartar la mirada de esas pequeñas cositas, pero yo no tengo preferencia por las de niña!
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