Algun@ por ahí ha pretendido convencerme de las bondades de las fechas estreñibles, eso si, con argumentos tan sobados como que se ve a la familia (como si no se viera el resto del año) o con la ilusión de los regalos (como si no se pudiera regalar el resto del año) . Yo respondía al duelo poniéndome del lado de los machacadísimos aparatos digestivos, del absurdo derrochazo económico, de la soledad de tantos que no tienen una familia digna de un anuncio de turrón de suchar... pero como siempre pasa en estos casos, no solamente nadie convence a nadie, sino que ni siquiera nadie escucha a nadie, con lo cual todo acaba como empieza... todo el mundo sigue pensando lo mismo que antes.
Así que lo único que alego en mi defensa ante un tribunal imaginario es que yo no quiero desilusionar a ningun ilusionad@. Es mas, a veces me da envidia quienes son capaces de ilusionarse con este tipo de cosas: yo no lo soy. La ilusión es como el hambre: o se tiene o no se tiene. Y a cada uno le gusta una cosa. Dame pan, y dime desilusionada.
Gracias a Dios que se ha acabado... a ver si mi querida Gran Vía madrileña vuelve a la normalidad (esto es, que sea insoportable andar por ella, pero poco)
ResponderEliminarA mi tampoco me gusta la navidad...
ResponderEliminarSomos carne de cañon, presas de las criticas jeje
Mis amigas me tachan de aburrida, pero suelo ser muy feliz el resto del año, navidad me deprime, Que le vamos ha hacer??
Un abrazohh :)
______***Carmen
Eru qué ganas tengo de ir a Madrid !!! que me guarden un sitio en la gran via !!!
ResponderEliminarPollastra me alegro muuunncho de verte ;)