Caja lista

Si pudiera arrancar algo de cuajo de esta sociedad serían los anuncios. Ya se que hay cosas mas malas y mas feas, pero se les nota que lo son. Y la publicidad es ese toro manso que nos va reconcomiendo poco a poco a poco a poco. La que sin prisa pero sin pausa nos hace creer, y creer que es nuestra propia creencia, que la celulitis es un problemón que lo normal y lógico cuando te duele algo es tomarte una pastilla y seguir forzando la máquina como si nada, que los niños juegan a unas cosas y las niñas a otras, que Sunny es zumo o que Kinder-piños es bueno para los niños porque tiene mucha leche (mucha guasa es lo que tiene; si, guasa, y grasa también y de la mala) Casi siempre la publicidad nos viene de la caja tonta
Y esta otra cajita que es el ordenador, que parecía un poco mas lista, está empezando a llenarse de. Pones tu email en el blog y te envian publicidad mas o menos disimulada de un montón de cosas. Una marca de yogures que no voy a decir pero que está mas claro cual es que la sopa de un asilo, que de tonta no tiene un pelo, ha visto el filón y se entremete con la capa de jornadas educativas o charlas informativas en los blogs. Visito uno de los que me gustan para leer... lo que espero: experiencias, anécdotas, historias... y me encuentro un pedazo de anuncio, disimuladete, pero anuncio.
Internet es libre también hasta ese punto, que si uno quiere meter publicidad la mete, y si a mi no me gusta, me voy, no leo mas, y ya está. Pero yo también puedo decir que no me gusta. Y que los yogures para bebé son un camelo: leche de vaca normal y corriente, goma agar para que espese, mucho azucar y muy poca verguenza.