Estoy leyendo un libro que me tiene alucinada. Alucinada no en sentido coleguita jo tía qué alucine. No, alucinada de verdad. Se llama "Delgadas" de la psicóloga Nuria Molinero. Trata sobre la anorexia y la bulimia, y va intercalando todo el tiempo lo que ella misma escribe con testimonios reales.Algunas de las cosas que leo, sobre todo esta parte de las experiencias, me recuerdan muchas veces a puntos en común con enfermas de fibromialgia. Cuando trabajaba de dietista tuve unas cinco o seis señoras que tenían fibromialgia (lo que me llevó a leer el famoso libro de Àngels Mestre) pero también intentaba de alguna manera observarlas, aprender de ellas, ver detrás un algo mas.
Esta mañana he oido por la radio que dos mujeres mas han sido asesinadas por sus parejas, noticia que por otra parte pasará bastante desapercibida, como suele pasar.
Entonces he juntado las tres cosas ¿qué tienen en comun? Casi, con un casi muy pequeño, siempre, las anoréxicas, las bulímicas, las fibromiálgicas, las maltratadas y/o asesinadas, son mujeres.
Es evidente que la fibromialgia no se cura con analgésicos ni la anorexia comiendo. ¿Que´pasa con las mujeres que se les rompe el alma en mil pedazos? Porque una mujer que se mata de hambre, que se agrede, que sufre hasta lo infinito, una mujer que siente un dolor físico que le roba la vida, una mujer que despues del primer golpe no sale corriendo y confunde el amor con los palos, todas esas mujeres tienen algo en común y quizá el dia que se sepa qué es ese algo, podremos avanzar un poquito mas.
Madre superiora, bióloga, gatoflauta aspirante a vegetariana. Si quieres halagarme, llámame loca.Yo también prefiero una mariposa al Rockefeller Center. Mi hijo me ha dado la vuelta como un calcetín, y a la vez soy mas yo que nunca. Una vez me teñí el pelo: nunca volverá a suceder. No puedo ser princesa porque nací guerrera. Odio las bodas, ir de tiendas, las peluquerías y las flores muertas. Leer me salva. Cocino con el corazón, de otra forma no me sale. Sólo veo lo que creo.
Muy buena reflexión.
ResponderEliminarCreo que nosotras sufrimos más anorexias y bulimias y depresiones y almas rotas que los hombres, porque por naturaleza tendemos a sentirnos culpables de todo, y ellos no. Y además, la presion social hacia la mujer y su físico, es infinitamente mayor a la que sufre el hombre.
Creo que la exigencia tan brutal que sobre las mujeres hay en esta sociedad es gran parte del problema, se es exige lo máximo: que trabajen, estudien, sena mbuenas madres, mejores esposas, estén delgadas, tengan buen culo, las tetas firmes, no tengan ojeras, tengan la casa limpian, la ropa planchada... y además de exigirles a tope no se las respeta, tienen que estar perfectas recien paridas, no pueden cansarse, no pueden que exigir a sus parejas... definitivamente creo que es mucho más dificil ser mujer que hombre hoy en día. Un besazo, me ha gustado la reflexión
ResponderEliminarA mí me parece que el problema fundamental es de autoestima. Una persona que se quiere como es, de verdad, no se deja abusar por otras personas, por ella misma, ni por su propio cuerpo.
ResponderEliminarQue esa autoestima nos la va quitando el entorno, la sociedad, la familia, las relaciones personales... y al final pasa factura.
Y lo digo yo, que estoy a dieta y tengo artritis autoinmune...
Al leer tu entrada me he acordado de un libro que tuve el placer de leer hace un tiempo. Se trata de "El haren en Occidente", de Fatema Mernissi. Esta escritora se crió en un harén y describe las diferencias que hay en lo que occidente imagina de los harenes, a la vez que revela cómo occidente envuelve a sus mujeres en un harén realmente peligroso. Mientras que en un mundo viven entre cuatro muros en el otro son infinitos esos muros y amenazan con desplomarserles encima a la primera de cambio. Como bien comenta María, la mujer occidental tiene que ser y estar perfecta siempre y eso mina la autoestima hasta matarla por dentro, en un mundo donde las demás mujeres son su competencia directa. Dentro del harén las mujeres son cómplices ante la clausura, impuesta por los hombres, sí, pero también llegan a ser felices porque no se espera de ellas más de lo que son.
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