Y vamos abriendo chakras....

Cualquier persona sensata (categoría en la que me gustaría incluirme) sabe que el año empieza ahora, en Septiembre. Y escribo Septiembre con mayúscula, porque, que yo sepa, es correcto escribirlo con mayúscula o con minúscula -si hay algún filólogo en la sala que me corrija si me equivoco- pero yo elijo la mayúscula porque junto con Octubre, es uno de mis meses preferidos del año. No ha habido mes de Septiembre que no haya empezado a tejer una bufanda; prácticamente no he terminado mas que una o dos en toda mi vida, asi que no hay que ser licenciado en Estadística para sacar la media, ni ser psicólogo Bimbo para concluir que la inconstancia es una de las virtudes que me adornan.

Clásicamente me ha gustado Septiembre porque volvía al cole, porque tenía libros nuevos, porque dejaba de hacer calor, porque volvía la manga larga y yo de pequeña odiaba mis brazos supercanijos y llenos de pelitos; mas tarde porque era el reencuentro con mis amigos, que en su gran mayoría han sido siempre compañeros de clase; Septiembre el mes de volver a ver los jerseis de lana, las chaquetas marrones, las hojas de los árboles caer, las fiestas de mi pueblo, ains en fin, que me pongo ñoña y medio...

Este año Septiembre será el año en que Pablo empiece la guardería y Octubre el mes en que cumplirá un año. Además de mucho más, Pablo es un anti-enmohecedor de sentimientos, me barre con tanto recuerdo apolillado y generamos un ramillete de nuevas experiencias repletitas de chi. Como por ejemplo, un, dos tres, responda otra vez, la organización de un cumpleaños infantil - la organización de un cumpleaños infantil.

Y a ti, ¿qué te gusta hacer que te abra los chakras de par en par?