Tengo recuerdos buenos y malos de las lentillas. Buenos los de poder ver mejor y poder verme mucho mejor, del ultimo año de instituto y el primero de la universidad, y los siguientes... malos de la úlcera de cornea que me hice una vez por pasarme de horas... del disgusto de perder una, de estar siempre pendiente de las horas que las llevo, de poder usarlas o sólo por la mañana o sólo por la tarde, o sólo por la noche, de acordarme de llevar encima toda la parafernalia, de la incomodidad de viajar a cualquier sitio con ellas, de quitarlas y ponerlas, de irritaciones, de temer los dias de viento, de revisiones, de la ilusión de poder ver bien, que siempre resultaba ser mentira.
El balance fue positivo desde luego pero las recuerdo con poquisimo o ningun cariño.
Cuando todas mis amigas soñaban con piernas mas largas, melenas mas abundantes, tetas mas grandes o labios mas gordos, yo nada mas soñaba, creyendo que era en vano, con poder simplemente ver, jurando que en ese caso nunca jamas renegaria del resto de mi cuerpo, en un inutil (o eso creía yo, en mi ignorancia) pacto con nadie.
Muchas volteretas después, y por abreviar (dado que estoy desayunando) la vida me dio, no ya un beso en la boca, me atrevería a decir que mas bien me echó un polvazo, y cai en las venerabilísimas manos del Dr. Tortorelli y equipo; en un cuarto de hora, mas revisiones, deshicieron la grandísima chapuza (con perdón) que la madre Naturaleza habia hecho con mis corneas muchos años antes.
Felicidad es poco para lo que sentí y aun siento. También muchísimo agradecimiento. Nadie excepto un exmuycegato puede entender lo que supone abrir los ojos y ver, simplemente. Hasta hoy, el mejor día de mi vida sin duda el 20.09.05
Por cierto el pacto lo he cumplido.
One shaft of light that shows the way
No mortal man can win this day
Its a kind of magic
Madre superiora, bióloga, gatoflauta aspirante a vegetariana. Si quieres halagarme, llámame loca.Yo también prefiero una mariposa al Rockefeller Center. Mi hijo me ha dado la vuelta como un calcetín, y a la vez soy mas yo que nunca. Una vez me teñí el pelo: nunca volverá a suceder. No puedo ser princesa porque nací guerrera. Odio las bodas, ir de tiendas, las peluquerías y las flores muertas. Leer me salva. Cocino con el corazón, de otra forma no me sale. Sólo veo lo que creo.
Supongo que tiene que ser una sensanción increible. Lo explicas muy bien.
ResponderEliminarYo sentí lo mismo cuando salí de la óptica con las lentillas puestas para la prueba.Dije leche!! que veo bien y sin gafas!!
ResponderEliminarY ni te lo cuento cuando jugué el primer partido con mis jojos nuevos: veía los números de las camisetas!! y hasta veía las caras de mis compañeras y de las contrarias!!! uoooooo
Una pasada!!
Y la primera vez que te bañas en una piscina y te das cuenta de que no te bañas con bultos sino con personas humanas... y puedes compartir con tus amigas si pasa un tio bueno por la playa... y descubres las letritas de los botes de champú... mmmm
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