Durante mucho tiempo he dicho, medio en broma, medio en serio (o una cuarta parte en broma y tres en serio) que cuando fuera rica iría al psiquiatra, como en las películas. Luego lo de psiquiatra ha ido derivando en distintos tipos de terapia. Conseguido. Ya soy rica. Tengo todo lo que puedo querer tener y no necesito nada mas.
Pues si, como habréis adivinado, mi hijo es mi terapeuta. Uh, suena mal dicho así. No es que yo me tumbe y él escuche mis batallitas. A ver, el proceso de educar a Pablo es mi propia terapia. Educar no es lo que yo creía, él me lo está enseñando. Yo creía que educar era tener que decir lo que hay que hacer y lo que no, explicar qué está bien y qué está mal, salpimentar con algun castigo 'necesario'... otra pre-idea que se va a tomar por lichi. Educar es estar ahí, y poco mas. No tengo la sensación de estar 'enseñando' nada, mas bien veo que soy yo la que necesita aprender cosas muy muy básicas, que como buena adulta bien educada tenía completamente olvidadas.
Comer cuando se tiene hambre, descansar cuando el cuerpo lo pide y no cuando lo indique el reloj, perdonar de corazón y sin mirar atrás, ilusionarse con cosas pequeñas, buscar la compañía de quien quieres y evitar la de quien no quieres, huir de los peligros (en todos los sentidos), preguntar lo que quieres saber, no estar en sitios en los que no quieres estar, luchar por lo que quieres...
De alguna manera no he sido verdaderamente adulta hasta que me convertí en madre, y al mismo tiempo, conforme Pablo crece y se va haciendo mayor, yo vuelvo a ser pequeña con él, a reandar mis pasos, a revivirlos, a recordar; a veces le doy mini-charlas (intento no ser demasiado brasas, pobrecito mio) y a poco que llevo dos minutos, recibo una colleja cósmica de Amparín: a quien le hablas, a él o a ti... ya sabes, aplícate el cuento... uy mira, una coja saltando.... comentarios muy propios de ella, por cierto.
Pablo está muy ilusionado con tener un camión, el que sale en la película de Cars2, y en parte porque no lo he encontrado aun y en parte porque no quiero dárselo todo para-ya en cuanto abra la boca, aun no lo tiene; bueno pues ayer me puse a darle la charleta sobre que a veces las cosas no se pueden tener enseguida, y hay que esperar un poco, y no enfadarse si no viene ya porque si no el camión no querrá estar con nosotros... vamos el Cosmos se descojonaba de la risa... y dije vaaaaaaaaaaale vaaaaaaale acepto que soy yo la que mas necesita saber eeeeeeesto
Ser madre no es lo que yo pensaba, es a veces mucho mas fácil y a veces mucho mas difícil, pero es lo mejor.
Madre superiora, bióloga, gatoflauta aspirante a vegetariana. Si quieres halagarme, llámame loca.Yo también prefiero una mariposa al Rockefeller Center. Mi hijo me ha dado la vuelta como un calcetín, y a la vez soy mas yo que nunca. Una vez me teñí el pelo: nunca volverá a suceder. No puedo ser princesa porque nací guerrera. Odio las bodas, ir de tiendas, las peluquerías y las flores muertas. Leer me salva. Cocino con el corazón, de otra forma no me sale. Sólo veo lo que creo.
plas,plas,plas!
ResponderEliminary con la colleja cosmica de Amparín ya me has matao ;-)
Abrazos!
ika (magia)
La versión lego de camión de marras es estupenda. Lo sé porque también yo estoy haciendo esfuerzos para no comprarlo ;)
ResponderEliminarMe ha encantado este post, cuánta razón tienes! Tener hijos ahorra dinero en terapias, y en peluquería!!
ResponderEliminarme encantaaa! Una entrada genial! Comparto esa sensacion de desaprender lo que pensaba que era educar y aprenderlo de nuevo siendo un concepto completamente diferente a lo que me pensaba..
ResponderEliminarPaso por aquí para decirte que te he dejado un premio en mi blog. Puedes pasar a recogerlo a http://mamiloon.blogspot.com.es/2012/10/premio-loc-por-tu-blog.