Y la respuesta correcta debería ser ¿dispones de media hora para escuchar y de ganas y capacidad de comprender? Pero normalmente la respuesta es "bien, bien, muy bien" y hasta luego Lucas.
El colegio está resultando difícil (difícil no es sinónimo de malo)
Para Pablo el comienzo del colegio ha coincidido con una mudanza, ha habido de por medio unas vacaciones; cuando 'dominaba' la guardería, la guardería se terminó, y ha dejado de ver a sus amigos (a los compañeros también) en especial a su amiga N. a la que todavía nombra.
Algunos nenes del colegio lloran cuando se van las madres; Pablo no ha llorado ni un día en el colegio pero si que en casa ha tenido 'berrinches' (que harían las delicias de Supernazzy y la p. voz en off) que un observador lo suficientemente subnormal, con perdón de los subnormales, podría calificar de -esa odiosa palabra- rabietas. Aparentemente enfados (por tonterías) que yo, como madre suya que soy porque me he quedado con las ganas de parirlo, recorro y recorro lupa anímica en mano hasta llegar al meollo del susodicho enfado. Y es que el niño no se enfada porque se le ha olvidado un coche en el coche, valga la rebuznancia, no patalea porque el agua no está fria, no es caprichoso, ni es tirano, ni me está poniendo a prueba, ni me toma el pelo. Pablo saca la sensación de qué-hago-yo-aqui, quien-es-toda-esta-gente-nueva, hasta-cuándo-tengo-que-estar aqui...
Y cuando mas mal está mi pequeñito bebé, el bendito Cosmos me inunda de chi y yo mas le achucho y le intento calmar y le pregunto si está cansado, si tenía ganas de salir del cole; añado unas gotitas de 'lo estás haciendo muy bien' y vuelvo a decirle que se siente agobiado porque está con mucha gente que no conoce aun, vuelvo a decirle de muchas maneras lo que se que siente... y entre hipos asoma una vocecilla que dice 'si, mami, si'
Asi poco a poco el niño Pablo se empieza a sentir acompañado, entendido, reconocido en su pequeña gran lucha por adaptarse, por enfrentarse a lo nuevo, a lo desconocido, al mundo. Se calma desde dentro, se relaja, y casi siempre termina por dormirse, agotado.
Hoy ha celebrado su cumpleaños en clase, coincidiendo además con que es 'protagonista de la semana' y ha sido todo tan intenso (positivamente, pero intenso) que ha vuelto a llegar a casa 'emberrenchinado'. Supernazzy se cortaría las venas con una galleta si hubiera presenciado la escena: le he escuchado, le he comprendido, le he ayudado a decir lo que le pasa, a sacar lo que tenía dentro, le he intentado apoyar, decirle que es normal lo que le pasa, que también les pasa a otros, que poco a poco todo mejorará, que esta tarde se la merece de descanso...
Ayudarle me ayuda. Ahora duerme y se repone, y yo, aunque no duermo, también me repongo con él.
Madre superiora, bióloga, gatoflauta aspirante a vegetariana. Si quieres halagarme, llámame loca.Yo también prefiero una mariposa al Rockefeller Center. Mi hijo me ha dado la vuelta como un calcetín, y a la vez soy mas yo que nunca. Una vez me teñí el pelo: nunca volverá a suceder. No puedo ser princesa porque nací guerrera. Odio las bodas, ir de tiendas, las peluquerías y las flores muertas. Leer me salva. Cocino con el corazón, de otra forma no me sale. Sólo veo lo que creo.
Que difíciles son estos momentos para ambos. Me siento identificada.
ResponderEliminarYo resaltaria la importancia que tiene entenderlos, el saber que no nos quieren tomar el pelo, que no son unos tiranos y que permanecemos a su lado siempre. Esto parece algo lógico pero no todo el mundo es capaz de aplicarse el cuento.
Www.disfrutandojuntos.blogspot.com
estoy con Rebe, mucho animo y a sacar todo lo mejor de cada momento. Un abrazo
ResponderEliminarQué bonito, y qué manera más generosa de compartir su adaptación. Enhorabuena!
ResponderEliminarte comprendo y te entiento perfectamente, mi situación es muy parecida..besos!El cielo es de color rosa
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