El Sr. Braxton Hicks no sabe lo que lo recuerdo: tengo unas contracciones de las suyas que me quedo clavada en el suelo y sin poder caminar. Por simplificar la denominación y en honor al tio, las podríamos llamar contracciones jesulerianas, ya que el primer día que me pasó fue cuando Jechulain nos hizo la visita a Chiches, por cierto muy graciosita la cancioncilla del "no podemos caminar"
Desde entonces cada día me van a mas. Es como si me levantase y me dijeran, a ver hoy dispones de 7.439 pasos, a los 6000 te empezará a doler, a los 7.000 tendrás sensanción de que vas a reventar y a los 7.440 o te tumbas o, efectivamente, revientas.
No es cosa de broma, aunque parece ser que no es grave-grave, a menos que se sea tan idiota como para priorizar la actividad diaria -el trabajo sobre todo- sobre el descanso, es decir, a menos que sea yo. Vale que si ayer no me fui por urgencias es porque quedándome en casa mejoraba mas que con la peregrinación, y sobre todo porque hoy tengo hora con mi ginecólogo, en quien confío cegatamente.
La idea de pasarme los tres meses que me quedan con un countdown de pasitos limitados, sin poder ir a donde quiera cuando quiera me pone las neuronas y los chakras como escarpias; ahora que si quiero ir a comprar la primera ropa, quiero ir a comprar el carrito, tengo aun que decidir dónde parir, necesito ir a Valencia, quiero hacer las mil y una cosas, o al menos las 999... si, si, si, el trabajo ya me estoy ocupando de reducirlo muchísisisimo y de buscar a alguien que me sustituya. A ver qué me dice el médico esta tarde, pero ya me puedo imaginar que algo lleno de sentido común, no por otra cosa es mi médico.
El Melón, aparte de seguir llamándose Melón, patalea que da gusto. Da mucho gusto. Esta tarde su tieta y yo le veremos (llevate qulines, amiga) , a ver si me quedan 100 pasitos bonus track para que nos podamos tomar algo en el resto de la tarde. Ains.
Madre superiora, bióloga, gatoflauta aspirante a vegetariana. Si quieres halagarme, llámame loca.Yo también prefiero una mariposa al Rockefeller Center. Mi hijo me ha dado la vuelta como un calcetín, y a la vez soy mas yo que nunca. Una vez me teñí el pelo: nunca volverá a suceder. No puedo ser princesa porque nací guerrera. Odio las bodas, ir de tiendas, las peluquerías y las flores muertas. Leer me salva. Cocino con el corazón, de otra forma no me sale. Sólo veo lo que creo.
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Joer, qué putada, con lo bien que ibas...
ResponderEliminarYa nos contarás qué pasa.