22 + 4 Aicanbilibir

Me gustaría poderlo expresar de una manera original y profundísima, pero sólo se me ocurre el clásico "no me lo puedo creer"

Me puedo ya creer lo de que estoy preñada (me lo recuerda el hecho de levantarme quince veces por noche para hacer pis) pero es que a mi cerebro (neocortex, supongo) increiblemente le cuesta relacionarlo con la cada vez mas cercana existencia de un niño en mi vida.

Hace poco salió por la tele un psicólogo diciendo que eso de que el cerebro humano es una maravilla de la evolución y blablabla es una gran chorrada, que el cerebro es como cualquier otro órgano, una gran chapuza que se ha ido construyendo a base de ensayo-error y ha llegado a lo que ha llegado por el puro azar, pero eso no quiere decir que no esté lleno de cagadas (recuerda esta hipótesis sospechosamente a "El relojero ciego" de Richard Dawkins, pero weno)

El caso es que yo estoy de acuerdo con este señor psicólogo. Y creo que los receptores cerebrales de progesterona podrían dar para millones de tesis doctorales. El cerebro humano viene a ser un cerebro de mosquito, rodeado de un cerebro de pez, rodeado de un cerebro de ave, rodeado de un cerebro de mamifero y con una finisisisisisima capita de neuronas guays que nos permiten pensar cosas profundas, deprimirnos o captar los chistes, segun el día.

Yo pa mi que el embarazo es una situación que deja descaradamente al descubierto la susodicha chapuza. Cuando vi las dos rayitas del positivo, mi cerebro se quedó como alelao. Cuando escuché que una dra. me confirmaba "si que estás", tampoco reaccionó. El mensaje tuvo que atravesar capas y capas para que yo realmente me diese cuenta de lo que pasaba (ponle como dos meses)

Ahora que engordo la preñez ya la tengo clara, pero mi cerebro chapucil trabaja a toda máquina en el proceso: barriga que engorda = bebé de carne y hueso, que come, caga, mea, llora y según el 100 % de experiencias te va a hacer saber por primera vez en tu vida lo que es realmente la falta de sueño. El cerebro, pobre, se lo está currando tanto, que no le da para pensar cosas que en condiciones normales serían eso, normales, y claro, le da por despertarme en mitad de la noche con que si tal y cual... Durante el día, hacer una suma de cantidades se convierte en una proeza, prestar atención a lo que me estan contando -sobre todo si no me interesa, claro- me cuesta un mundo, enfrentarme a una hoja de excel sencillita me da un repelús horroroso, concentrarme o acordarme de las cosas es mission casi impossible.

Así mas o menos anda la cabeza, menos mal que confío tremendamente en el resto del cuerpo.