Iba yo ayer de negro toa por la calle (gracías por tu pésame por lo del canario, Jesusini) y me repente me dió un ataque de escaparatitis, sorprendente por ser el primero en mi vida y por el ímpetu con el que llegó. Llevaba yo unas mallas sencillitas, negras como he dicho, y una camiseta ceñida y de refilón me vi en un escaparate y pensé ay dios mio pero que tipín mas monísimo de preñadica que tengo!!! A Purkinje pongo por testigo que nunca me he mirado en las cristaleras, primero porque no me gusta ir de tiendas ni mirar escaparates, y segundo porque mi propio reflejo nunca me ha despertado mas interés. Por eso lo de ayer fue la bomba.
Me hubiera pasado las horas libres del mediodia paseándome por todo Chiches de escaparate en escaparate, pero no era plan. Me veía como en tercera persona mírala ella como se redondea... ay que cosas mas raras (en el buen sentido) me pasan. Todo el mundo -sensato- me dice que disfrute mucho de estos cuatro meses que me quedan, que pasan rápido y nunca se olvidan, y son, con perdon por lo yanqui del término, muy especiales. Así que a Purkinje vuelvo a poner por testigo de que voy a hacer todo lo posible por eso, por disfrutarlo como una gorrinilla.
Madre superiora, bióloga, gatoflauta aspirante a vegetariana. Si quieres halagarme, llámame loca.Yo también prefiero una mariposa al Rockefeller Center. Mi hijo me ha dado la vuelta como un calcetín, y a la vez soy mas yo que nunca. Una vez me teñí el pelo: nunca volverá a suceder. No puedo ser princesa porque nací guerrera. Odio las bodas, ir de tiendas, las peluquerías y las flores muertas. Leer me salva. Cocino con el corazón, de otra forma no me sale. Sólo veo lo que creo.
Ayyyyyyyyyy, pero así se ve a las preñás con esa cara de felicidad que no hay quien las aguante!!
ResponderEliminar¡Guapa!