miércoles, 16 de octubre de 2013

Cumplemami

Dice la frase que cuando nace el hijo nace también la madre; en mi caso hubo tres días de desfase. No me sentí madre cuando nació Pablo, no nada mas nacer, nada mas me lo arrancaron. Apenas le vi un pie en quirófano y ya me aturdieron para coserme y cuando me subieron a la habitación ya me lo encontré vestido. Mis sueños de parto hechos definitivamente añicos por el suelo.De martes a viernes, una parte de mi cerebro preguntaba a veces dónde estaba mi tripa, había algo raro allí que desencajaba cabeza corazón y entrañas.

A los tres días y ya de vuelta, tal día como hoy, 16 de octubre de 2009, viernes por la noche, la madre nació en el mismo lugar donde nueve meses antes supo precisamente eso, que iba a ser madre, en la misma soledad y frente al mismo espejo.

Seguramente los especialistas en el tema lo achaquen al tremendísimo subidón de oxitocina por la 'subida' de la leche -ese día, ese momento- La oxitocina que no hubo en el nacimiento la hubo entonces. Bioquímica aparte, allí nació la madre y sólo aquel espejo y yo sabemos lo que sentimos y pasó.

Igual que una integral es la suma infinita de infinitas pequeñas partes, así gota de leche a gota  de leche, Pablo y yo nos hemos encadenado en un parto de años, en una oxitocina mantenida que nos aprieta y nos une. Si, yo tenía sueños de parto, hubiera querido vivir el nacimiento de Pablo de otra manera y no me sirven los parches del tipo si-al-final-todo-fue-bien. Leí, aprendí y me informé de partos, anatomía, fisiología...  al final nada de eso me sirvió, sólo la bendita leche que un viernes por la noche empezó a salir de mi, de la mamá. Días, semanas, meses... años... y ya esa zona incrédula y probablemente profunda de mi cerebro, está ya convencida, es tu hijo, es tuyo, tuyo animalmente hablando, ha salido de mi, y de mi única y exclusivamente se ha seguido alimentando durante sus seis primeros  meses de vida, en una repetición de momentos milagrosos, y la leche, la mia, la de la madre, aun hoy a veces, a pesar de todo y de todos, nos une, nos ayuda, nos calma

Por eso hoy para mi sola, y ahora al cuarto año también para quien lea esto, es mi cumplemamá, hoy hace cuatro años que nació la mamá de Pablo, aunque no haga ni pida mas celebración que hacerlo cada día lo mejor posible y desearle a él una vida larga y completa.

Y como estoy convencida de que ser madre es en gran medida saber soltar, pronto terminará esta pseudo-lactancia extraña que aun colea. En cuanto pueda. Ahora mismo es el valium-salvavidas para momentos de crisis. Pero las aguas se calmaran y los niveles descenderan; no hay problema, me siento compensada. Tan madre como cualquier otra. Habiendo vivido la experiencia de una manera distinta pero infinitamente agradecida de haberla vivido.



8 comentarios:

  1. Precioso relato, claro que si, hay que agradecer vivir experiencias así!

    Saludos desde La Tienda de Mami https://www.facebook.com/latiendademami

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  2. Precioso. Cuánto buen hace la lactancia en todos los casos, pero hay momentos y circunstancias especiales en los que es sanadora y reparadora al máximo verdad?.

    Un abrazo grande y muchas Felicidades! (con mayúsculas).

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  3. Precioso. Cuánto buen hace la lactancia en todos los casos, pero hay momentos y circunstancias especiales en los que es sanadora y reparadora al máximo verdad?.

    Un abrazo grande y muchas Felicidades! (con mayúsculas).

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  4. Te echo de menos. Tenemos que hablar.....
    Besos

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  5. Yo también te he echado de menos todo este tiempo. Hablamos. Un abrazo

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  6. Nos ha encantado tu cumplemami, porque es cierto, siempre hay un día en el que nace tu hijo, y también en el que naces tú como madre.
    Un saludo!

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  7. me encanto tu relato, no habia pensado en eso, regularmente nace la mama desde que sabe que lleva al bebe concebido en su vientre, pero es muy lindo tu relato. saludos.

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