martes, 16 de noviembre de 2010

Hay otra

En la cuarta celebración de su primer cumpleaños, que por motivos almejos de la vida coincidió con su decimotercer cumplemés, uno de los regalos que Pablo (a sugerencia mia ante el enésimo '¿qué te hace falta para el niño?') recibió fue una muñeca de trapo. Y lo primero que hizo fue plantarle un beso. Y no un besito de esos que ya controla, de 'me llevo la mano a la boca para enviarlo' no, no, un beso en toda regla con sus morretes.... muuuuuuuasss. Por supuesto me puse muy celosa de que su primer beso haya sido para otra, y mas, para otra con pelos de lana. Pero ahora estamos en plena etapa 'besera' y claro, yo dejo que practique conmigo.
Pablo cada día comprende mas palabras, mas cosas. Cada día se expresa mejor, se rie mas, tiene mas picardía y mas corazón. Ayer por la tarde se abrazó a mi sólo por el gusto de abrazarse y casi me derrito en el sofá como un tranchete...
La guarde sigue a medias; hay días buenos, días muy buenos como ayer que no lloró al quedarse ni el resto de la mañana, y días regulares como hoy que iba muy contento pero cuando me ha visto marchar se ha puesto a llorar de lo lindo
Bueno, seguiremos informando

5 comentarios:

  1. Es para derretirse, desde luego! Mi hijo a los muñecos les hace más bien poco caso, esa es la verdad. De tirar besos ya ni hablamos.

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  2. Que´rico! Y qué ricos saben los besitos de los bebés!

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  3. Los besos estan super ricos, yo se los estoy acabando a mi hija pequeña, la mediana ya no es muy besucona y la mayor hay que pedírselos, así que me dedico a robarselos a la peque! ;)

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  4. SIiii, David besitos da pocos, pero me da unos abrazotes que no veas!!! otra que se derrite!!!

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  5. Jajaja, habrá que verte como suegra.

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